FUNDACION ALFREDO RUIZ

Mientras los presentes le escuchaban vestidos con sus mejores galas, llamaba la atención su singular camisa de ciclista, que delata su apostolado personal

“No se asusten. Si me caigo, me levanto”, dijo Ruiz al arrancar aplausos como invitado especial durante la misa de Domingo de Pascua.

El Parkinson es una enfermedad degenerativa provocada por la muerte de ciertas células en el cerebro que ayudan a controlar el movimiento y su coordinación. A Ruiz se la diagnosticaron hace 13 años.

Al hablar en la misa subrayó en que su propósito en su vida no es lamentarse por enfrentar una enfermedad que típicamente es diagnosticada a personas de 55 años o más, si no servir de ejemplo de superación para otros.

Por eso, el hombre de 45 años explicó que practica el ciclismo no solamente para su beneficio personal sino también para ayudar a otros que enfrentan la misma condición.

“Lo hago para demostrar que imposible no hay nada”, recalcó en un aparte con este medio. “Estamos viviendo unos tiempos de tanta negatividad… Lo que le digo a la gente es no te quites, dale pa’lante, no te rindas”, sostuvo.

Padre de tres y casado en segundas nupcias, creó la Fundación Alfredo Ruiz tras descubrir hace tres años las bondades del ciclismo para combatir la enfermedad. Supo de esos beneficios gracias a Juan Carlos Mora, otro paciente de Parkinson, diagnosticado cuando tenía 16 años, y quien también entró en el mundo del pedaleo con resultados positivos en su calidad de vida.

“Nunca había corrido bicicleta…decían que estaba loco (algunos médicos), pero cuando empecé a pedalear me di cuenta que me hacía bien”, relató con entusiasmo.

“Me daba un sentido de libertad. Imagínate un león en una jaula que casi no corre y cuando corres bicicleta…”, dijo al referirse a una libertad especial, tras aclarar que no es ciclista competitivo.

Al presente, la Fundación Alfredo Ruiz ha organizado a través de la página de internet mieventoonline.com corridas en bicicleta convocadas para beneficiar económicamente a cinco pacientes.

“Ellos son los que cobran los fondos en las corridas y los entregan directamente a las personas beneficiadas”, contó al precisar que han recibido el auspicio de varias empresas privadas en esfuerzos para recaudar dinero para ayudar al grupo.

“No corro solo, corro con Puerto Rico”, respondió cuando se le preguntó con quién acostumbra a pedalear. Más adelante abundó que realiza llamados públicos de convocatoria por la red social Facebook o por medios de comunicación tradicionales.

“Corro por personas que necesitan ayuda inmediata. Eso toca los corazones de la gente y muchos ciclistas se han unido a mí”, destacó. “Poco a poco se lleva el mensaje”, agregó.

Ruiz explicó que en su caso primero le diagnosticaron esclerosis múltiples y luego depresión. Confesó que al ser diagnosticado con Parkinson a los 32 años primero pasó por la fase del lamento y el coraje. “Luego me di cuenta que Dios me dio la fortaleza para sobreponerme a esto. Ahí supo que tenía una misión más grande que cumplir”, explicó.

Hace tres años se sometió a una serie de pruebas experimentales llamadas “focus ultrasound” para aliviar dos síntomas de la condición: los movimientos involuntarios y lo que se conoce como la Dyskinesia, que es el resultado de uso prolongado de la medicina más utilizada para tratar el Parkinson: la Levodopa.

Según dijo, el tratamiento recibido ha sido de gran beneficio, aunque todavía toma seis medicamentos al día.

“El mejor medicamento eres tú mismo. Es duro, pero se puede”, concluyó en tono firme el singular predicador en la fresca mañana del Domingo de Pascua.